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domingo, 8 de octubre de 2023

Breves e intensos viajes culturales, tanto a Toro, Urueña y Valladolid como a Toledo, en el arranque del 2023 con mis alumnos del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid RCSMM y algunos compañeros

                

  


Gracias a todos los que hicieron posibles estos viajes formativos, personas e instituciones
Visita a los fondos etnomusicológicos de la Fundación Joaquín Díaz en Urueña (Valladolid) y grato reencuentro con un viejo amigo: Joaquín 




En la Colegiata de Toro (Zamora) ante parte de su magnífica iconografía organológica

Visita al Museo Oriental, en Valladolid

Visitando la colección organológica de Luis Delgado en Urueña (Valladolid)

En Mucientes (Valladolid), con Paco "Bazanca" visitando su colección organológica



Tribuna en Diario de León, un año más, sobre las fiestas del Barrio de Santa Marina

 

El Barrio de Santa Marina como contexto y recurso literario


https://www.diariodeleon.es/articulo/tribunas/barrio-santa-marina-como-contexto-recurso-literario/202307130715092354885.html

Por este tiempo de julio —antaño nominado «mes de Santa Marina»— en León llega la fiesta del Muy Ilustre y Real Barrio Santa Marina y su parroquia. Espacio que, en su zona del Cid, para algunos eclipsa tal denominación por la hostelera «Barrio Romántico».

Uno, en su día fue mozo y pregonero del mismo por ello, cada año, suelo traer aquí un «articulín» de tema diverso vinculado. En varias ocasiones he mencionado la presencia de dicho barrio y advocación en los celebérrimos cuentos de Dialecto Leonés de Caitano Alonso Bardón —muy entrañables para mi pues, mi bisabuelo, fue colaborador del mismo—. Por ello, en esta edición y ante la presencia como compañera pregonera de sus fiestas de una profesora de literatura, puede ser momento para traer un fragmento de dicha obra relacionado —y con texto de antigua canción incluida—. El relato se titula El tesoro del bosque y esta es una parte de dicho cuento:

«Cantan, y bien sabe Dios lo que me alegra oír ese chaporreado con el que nuestros abuelos se mofaban del duque D’Anguleme, y de los cien mil hijos de San Luis —decía el anciano maestro mientras caminaba despacio y tembloroso apoyado en su curvo palo—. Cuantas veces—agregaba— formé con los de mi parroquia con sendas estacas al hombro desgajadas de los árboles de pápalaguinda y canté con ellos al compás del paso...

«A musiur de 1’Angulem/ A matar a mandangú,/ siendo yo tan buen soldado/ en la guerra como tú./Un pé, otro pé./A musiur de le’Angulem…».

Pero, ¿a dónde irán tan decididos estos diablejos de Santa Marina? Apuesto a que van a romperse la moliera con los del Mercado. Cómo iban a pasar sin tirar piedras a la puerta de la bruja, ¡Eh... tú... arrapiezo... Ven acá!... Di a esos malas cabezas, que los llamo yo. Bien sabía, que aquel yo paternal, era la palabra mágica que había de producir en aquella germanía rapaceril una explosión de afecto hacia él, así que, tomando asiento a la puerta de su casa, apoyó la barbilla en las manos cruzadas sobre la cacha, y entornando los ojos escuchó con emoción las salutaciones atropelladas y cariñosas de los que acudían a su mandato.

¿Ya vais a la pelea, enemigos? —dijo mirándolos sonriente por encima de los anteojos— ¿o es que venís a tentar la bruja? Notaréis —añadió sonriendo— que digo tentar, porque sois vosotros los que tenéis los demonios en el cuerpo, y no la que llamáis bruja, que es una buena mujer que no hace mal a nadie. Yo sé algo de esta mujer, y con mucho gusto os lo contaría; más, como adivino vuestros ardientes deseos de llegar pronto al parque a romperos la crisma, id con Dios, que yo me quedo preparando las hilas y el árnica que necesitaréis al regreso.

Nada contestaron a estas palabras del anciano, como movidos por un resorte, echaron al suelo sus palos y sentándose sobre ellos frente al maestro, escucharon atentos. Bien, dijo éste; puesto que lo preferís, voy a contaros lo que sé: Todos conocéis la calle de las «Torres de Omaña» llamada así, porque en ella hubo en la Edad Media unas torres que pertenecieron a la casa de Omaña. Ares de Omaña, último varón de esta familia, habíase opuesto a que el Adelantado Quiñones, su tío, fabricara otras torres en la calle dicha, pleito que le costó la vida en el Castillo de Ordás, sobre al río Luna, a donde su tío consiguió llevarlo con engaños de paz y amistad.

No satisfecho el de Quiñones con haber cortado la cabeza a su sobrino y enviársela a la madre, su cuñada, después de frita en aceite, persiguió a esta familia y se apoderó de todos sus bienes, entre ellos, la casa solariega sobre el río Omaña. Por este procedimiento llegaron a ser propiedad del Adelando, las torres de Omaña.

Pasados algunos siglos, entre las ruinas de una de estas torres fueron encontrados unos pergaminos que pertenecieron al repetido Quiñones. Veo que os impacientáis. Acaso presumís que de estas ruinas va a salir la bruja. No; paciencia, y escuchad.

Uno de los pergaminos, era la escritura de propiedad de un precioso bosque de castaños, situado en la antigua Regos, hoy Villaviciosa de la Ribera de Órbigo. En los restantes se, hacía relación de un interesante suceso que tuvo gran parte de su desarrollo, en el citado bosque. Decían así, aproximadamente, como voy a referiros: Allá, por mitad del siglo segundo de nuestra Era, una hermosa mañana del mes de Junio, los habitantes de León se dieron cuenta de que se acercaba a la ciudad un gran personaje romano, no sólo por el lucido cortejo que le seguía, sino porque a la vía militar de la Candamia y para rendirle honores, salió a su paso la guarnición del Castro de los judíos. Cuando la comitiva llegó frente a la estatua de Júpiter Candamo que dio nombre a la cuesta, destacose un correo por quien se supo en la ciudad que quien llegaba era un legado romano llamado Apolonio y su hija Corundo que se dirigía a la Villa de Regos a donde iba destinado el legado, tomando al propio tiempo a su cargo la explotación de las famosas minas de oro de las Médulas del Órbigo allí situadas.

Seguía diciendo el pergamino que después de las presentaciones obligadas en León, salieron en dirección a Tor-viacco (monte de mercurio, del que tomó el nombre el pueblo de Trobajo) y que después de pedir protección a. Mercurio, colocado en la vía encima de la cuesta, siguieron hasta Monte-jous (monte de Júpiter, del que tomó nombre el pueblo de Montejos). Allí, tras breve descanso, emprendieron de nuevo la marcha la comitiva y descendiendo más tarde a la ribera de Órbigo, cruzaron este río en Carrizo… ¿Curioso verdad? Pues, este trabajo —que fuera premiado en un Concurso de Cuentos regionales organizado por La Crónica de León en agosto 1922—, continúa para los curiosos en la red internet en https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.cmd?id=5108

Un año más; ¡Que viva Santa Marina!

Algunas intervenciones en Tv durante la Semana Santa de 2023

 Programa especial, tarde noche del Jueves Santo (7, abril 2023) 



  



La Bañeza
Astorga
Carrizo de la Ribera
Último programa 2023

Una mención de un buen amigo, en La Nueva Crónica, también por tiempo de Semana Santa. Gracias Carlos


miércoles, 26 de abril de 2023

Tribuna en Diario de León sobre el Congreso de Campanas y Relojes y algunos artículos anteriores





 

Foto gentileza Eugenio Marcos Oteruelo


TRIBUNA

Insospechada participación a ‘campanazo limpio’


http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/insospechada-participacion-campanazo-limpio_1251606.html

Héctor-Luis Suárez Pérez Musicólogo e investigador de la tradición leonesa
25/05/2018


El pasado 21 de abril el sonar de las campanas a medio día de sábado sorprendió a muchos vecinos en nuestra provincia. Primero in situ y, más tarde, desde la ventana de los telediarios y otros medios de comunicación que, convenientemente a posteriori, aclararon el aparente misterio y con ello reforzaron el entrañable y ya alto nivel de relevancia social disfrutado por toques, instrumentos, campanarios e intérpretes.
Más de sesenta espadañas y campanarios, incluidos algunos capitalinos, hicieron posible que buen número de campanas leonesas tañeran para sumarse a muchas más de toda Europa. Todo en pro de una plausible iniciativa: atraer la atención ciudadana sobre el planteamiento oficial de la candidatura ante la Unesco del toque manual de campanas y de lo que conlleva, de cara a su reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Concesión que, esperemos, cobre forma en un futuro próximo.
La propuesta ha surgido en nuestro país desde la Asociación de Campaneros d’Albaida y el MitMac (Museo Internacional del toque manual de campanas) bajo la consigna «echamos las campanas al vuelo». Eso sí, avalada además por la reconocida asociación en defensa del patrimonio Hispania Nostra y con el refrendo, entre otras firmas, de Plácido Domingo (algo que, junto a más información, recoge la web www.hispanianostra.org).
Como aval para el vínculo a esta iniciativa, además de una manifiesta realidad alrededor de la vigencia de costumbre ancestral y uso del toque manual de campana en nuestro territorio, la provincia de León presenta otros activos.
Por ejemplo, la presencia de nuestra Campana Laurentina de San Isidoro de León, fundida en el siglo XI y por ello uno de los idiófonos europeos de su género más antiguos y de mayor tamaño conservado, en lo que a patrimonio material se refiere. A ella se añade un variopinto y nutrido corpus documental que, desde la Edad Media, se abre a través de las menciones a la campana en textos sinodales o concejiles además de en buen número de pleitos entre curas y vecinos o en disposiciones legales regulando su uso profano o religioso y horario, propiedad, usufructo, acceso a campanarios, vínculo de obligación de cumplimiento en convocatorias comunales en base al territorio de audición en «socampana», u obligaciones de realización de un toque de beneficio o repercusión comunal «por vecera» o turno entre el vecindario, entre otros aspectos y para llegar a curiosidades documentales como el inventario de 1836 del campanero catedralicio Cándido Calvo. Asimismo, numerosas y diversas son las menciones, más o menos desarrolladas y detalladas sobre el tema o el paisaje sonoro campanil, que han sido recogidas en la abundante obra literaria y etnográfica de autor o temática provincial.
Sin olvidar su presencia en tantos artículos periodísticos, como los de Cayón Waldaliso o el más reciente de la revista de la propia Pulchra, entre los destacados, que se unen a un corpus bibliográfico e investigador mayor y específico sobre nuestros «signum» en la provincia —que es como se denominaban las campanas ya en el alto medievo— integrado por estudios de naturaleza interdisciplinar.
Es el caso de los redactados por el arqueólogo Fernando Miguel o por Matías Díez Alonso y los de la revista Bierzo —en 2002—, sin olvidar varios de mayor magnitud obra de José Luis Alonso Ponga o de un servidor de ustedes. Temas y aspectos que aprovecho para invitarles a visitar en el blog monográfico sobre el tema campanil provincial elrincondesanantonenleon.blogspot.com.es.
Ante todo esto, la pequeña localidad del Bierzo Alto de Santa Marina de Torre, organizadora cada año de su propio encuentro de campaneros, tomó la iniciativa de adhesión a este gesto reivindicativo patrimonial inmaterial en nuestra provincia.
Y, desde ella, bien jaleados por Melchor Moreno y los organizadores del encuentro, así como por la propia repercusión mediática de la noticia y de la convocatoria, otros «aficionados» recogieron el mensaje.
De inmediato, referencias inevitables de la actividad campanil anual no dudaron en engrosar las filas de participantes. Entre las mismas la «escuela de campaneros de Villavante» — pionera en el género y al cargo del primer encuentro verificado con regularidad en la provincia desde los años ochenta del pasado siglo— con Jorge Juan y Julián a las riendas, y sus homólogas de Villabalter, con Pedro Delgado a la cabeza, o Campo —localidad «pegada» a Ponferrada— de la mano de Blas Cubelos, además de Fresno de la Vega con su »ten-te nube» y la presencia de Antonio Bodega.
A la invitación no faltaron tampoco instituciones locales —ayuntamientos y concejos o juntas vecinales— y religiosas —templos y centros eclesiásticos de todo rango, conventos y cofradías— así como asociaciones, colectivos de índole laica —culturales o de vecinos—, además de particulares anónimos encargados, habitual u ocasionalmente, de las tareas del tañido en numerosos campanarios de todas las comarcas provinciales. Entre ellos, el Instituto de Estudios Omañeses, con Chelo, Luis Arias, Gelo Sabugo o José Mª Hidalgo como dinamizadores del evento para varios puntos de la Comarca de Omaña.
Sin olvidar otros como Vicente de Sofcaple y Rosa Mª Quintanilla en la zona de Sahagún, el Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo, animado por Amador Pinos —el del IEB—, implicando a todos los campanarios y campaneros del término municipal o en La Baña, donde hasta su propio alcalde, José Manuel Moro, no se libró de ser intérprete…

TRIBUNA

Más participantes a ‘campanazo limpio’


Héctor-Luis Suárez Pérez Musicólogo e investigador de la tradición leonesa
30/05/2018

En el evento europeo que el pasado sábado 21 de abril se llevó a efecto en varias comarcas leonesas en pro del reconocimiento de Unesco como patrimonio inmaterial del mantenimiento del toque manual de campana, también la participación de las cofradías religiosas se hizo patente de modo significado junto a otras entidades y asociaciones de todo género. Así, en la capital provincial, a través de la Cofradía del Milagroso Pendón y con el imprescindible beneplácito del Cabildo se implicó el campanario de la Basílica de San Isidoro al evento, animado por Hermenegildo López. La Expiración y el Silencio, anualmente presente con su ‘toque a nube’, sus volteos procesionales y sus esquilas de mano, en el paisaje sonoro de la Semana Santa y Santa Brígida implicó a las comunidades religiosas de las Benedictinas Carbajalas y los Capuchinos, además de a las gentes de Villaseca de La Sobarriba, con los Hnos. Barreñada y Oscar Herrero también en mediando en ‘el jaleo’. Por su parte, la Cofradía Terciaria villafranquina, junto a la del Cristo de la Esperanza, no faltaron a la convocatoria de la mano de Paco Figueroa, así como la de Caballeros de Santiago de la misma localidad. Gracias a la buena disposición de sus regidores, participaron al igual en el evento de modo entusiasta otros templos referenciales o de relieve, como la Catedral de Astorga, la Basílica de la Encina o el Santuario del Ecce Homo de Bembibre. E incluso también las campanas de célebres relojes como los del Ayuntamiento de Astorga —con los populares autómatas maragatos «Juan Zacunda y Colasa»— o el de la Calle del Reloj ponferradina.
Pero, el ‘efecto llamada’ natural a la iniciativa de adhesión de Santa Marina de Torre y a las invitaciones de Hispania Nostra no solo quedó en lo expuesto y en lo ya manifestado en un artículo precedente. Varios aficionados entusiastas, vinculados al tema desde antaño u hogaño y, quien sabe si influenciados por los efectos del adagio popular que reza «las campanas y el pendón del conceyu son», además de otros informados por la prensa, se unieron al interés despertado entre algunos investigadores, con sorprendente ilusión y espontaneidad y a través de una insospechada y entusiasta eclosión de cercanía y atractivo del asunto nos unimos a la iniciativa gestora a modo de ocasionales colaboradores. La transmisión oral —«boca a oreja»— a través de nuestras redes de conocidos e interesados en el asunto dio la alerta a buena parte de ese tejido social del modesto asociacionismo y voluntariado provincial. Un colectivo ignorado por muchos pero que, como suele ser costumbre, siempre bien dispuesto es protagonista en la práctica a la hora de sacar adelante y dinamizar, entre otros, muchos aspectos la cultura tradicional y popular, tan importantes en la provincia.
No obstante, en esta ocasión la premura en el aviso e información y el escaso espacio de tiempo para permitir preparar el evento hicieron que, a muchas localidades o colectivos potencialmente o a posteriori interesados, no les llegara con tiempo suficiente noticia o invitación. Aun así, la lista definitiva de campanarios, gestores e intérpretes participantes se engrosó por no pocas localidades superando la media centena. Una participación que convirtió a nuestra provincia, unida a Zamora —donde el dinamizador principal fue su asociación de campaneros—, es decir al antiguo reino leonés, en el territorio a nivel hispano más participativo después de Levante. Circunstancia que se comprueba a través del interesante mapa que Hispania Nostra ofrece en su web y que, al igual, me pusiera de manifiesto Paz Cabello Carro, su vocal encargada de asociaciones y al cargo del asunto. Quien, por cierto, dada su ascendencia maragata de Andiñuela, se ha sentido por ello además muy satisfecha ante tan alto, desinteresado y enfatizado resultado participativo. Así se pone de manifiesto en los interesantísimos vídeos que recogen lo acaecido y, poco a poco, van siendo aportados por los participantes. Conjunto que se puede consultar tanto en la web de Hispania Nostra como en el blog mencionado de campanas leonesas que mantengo o en el canal youtube.
Concluiremos haciendo constar que en el Bierzo Alto, tocaron por tan altruista fin las campanas de Santa Marina de Torre, Albares y Folgoso de la Ribera, Tremor, La Granja, Santa Cruz de Montes, San Andrés de las Puentes, Castropodame, San Pedro y Turienzo Castañero, Calamocos, Cobrana (Asoc. Vec. El Zofreral), Bembibre, Matachana, Viloria, Villaverde de los Cestos. Resto del Bierzo: Molinaseca, Ponferrada —Reloj, Basílica de la Encina, Convento Purísima Concepción—, Columbrianos —parroquia e iglesia de San Esteban Protomártir—, Campo, Villar de los Barrios (Cofradía Cristo Vera Cruz), Villafranca del Bierzo —San Francisco, San Nicolás, y en Santiago—. Villabante, Santa Marina del Rey, Villares, Celadilla y Bercianos del Páramo (iglesia y ermita). En Villarejo de Órbigo (parroquia de San Miguel e iglesia de San Martín) y todos los pueblos de su ayuntamiento: Veguellina de Órbigo (iglesias de San Juan y del Carmen), Villoria (parroquia y en su monasterio) y Estébanez de la Calzada (en ellos: Javier Mayo, Sor Tina, Pepe Pérez, Amador Pinos, Guillermo Alonso A. y Joaquín Panero), La Baña, Felechas (Asoc. Cultural La Brusenda) y Quintanilla de Rueda.
En León —San Isidoro, (Jorge Juan) Santa María de Carbajal, San Francisco El Real —Villaseca de La Sobarriba (Amabilio y Álvaro Llamazares, Gabriel Martínez, Liberto Bueno, Ramón Redondo y Héctor-Luis Suárez)— Villabalter, Fresno de la Vega, Villeza (Junta Vecinal), Valdescapa (Asociación Cultural Balle de Scapa) o Reliegos (Asoc. Cultural Camino de Santiago).
En Omaña: Garueña, (Máximo de la Calzada), Robledo de Omaña (Darío Álvarez, Sara Fernández) Sosas del Cumbral, Riello, Las Omañas, Rabanal de Luna, Sosas de Laciana. O en Astorga —Ayuntamiento, Catedral—, Lagunas de Somoza, Castrillo de los Polvazares.
Todos ellos, salvo error u omisión involuntaria que dirían los escribanos, han sido los auténticos protagonistas con su tañido de que nuestra provincia estuviera presente de modo destacado en este evento internacional. Un trabajo conjunto, pocas veces reseñable por estos lares en nuestros tiempos, que ha conseguido hacer realidad el cariño al sonido de nuestros bronces y que, por ello, añade varios matices más a destacar. ¡Salve a todos!, ¡Vivan las comarcas de León, sus campaneros y campanarios! Y, creo que, en esta ocasión, además de darles las gracias, bien cabe cantar a coro bien alto también aquello de ¡contentos de ser de aquí! Paisanos ¡que sea enhorabuena!

domingo, 16 de abril de 2023

1er. Congreso Nacional de Relojes, Campanas y Arte Sonoro en el noroeste peninsular: historia, técnica, restauración y divulgación patrimonial, León (España), 13-5 de abril, 2023.

 


Los relojes de León dan la campanada

Arte sonoro. El I Congreso Nacional de Relojes, Campanas y Arte Sonoro comienza con un repaso a las máquinas más emblemáticas de la historia de León y hoy ofrecerá una exhibición de toques de campaneros de León, Zamora y Palencia en la plaza de San Marcelo.

    Reloj de la antigua cárcel. DL 

CARMEN TAPIA 14 DE ABRIL DE 2023 


Los primeros testimonios de la relojería de León datan del año 1523 con el reloj catedralicio, obra del fraile leonés Francisco, «con dos avatares». Esa es la primera referencia con la que Jorge Martínez Montero, profesor del Área de Historia del Arte de la Universidad de León comenzó la conferencia de apertura del I Congreso Nacional de Relojes, Campanas y Arte Sonoro del noroeste peninsular: historia, técnica, restauración y divulgación patrimonial. En la exposición de apertura intervino también Daniel Sanz Platero, de la Universidad de Valladolid, para abordar la Relojería leonesa contemporánea: la historia viva del Reloj del edificio Botines.

El segundo reloj de León del que se tiene constancia documental es el de la Iglesia San Salvador, en Villamañán, del año 1566, propiedad del Consistorio. y San Isidoro, que nunca llegó a tener reloj, tuvo en estudio una propuesta en 1577 para instalar uno en la torre.

El sello de los relojeros leoneses Antonio Canseco y José Manuel Rodríguez Conejero, el relojero Losada, puso a León en lo más alto de la relojería mundial del siglo XIX.

El reloj de la iglesia de Rabanal del Camino, de 1882, localidad de Canseco, tiene la tipología de su ilustre vecino, como el consistorial de Santa Colomba de Somoza en 1885 o el de la antigua cárcel de León, sede del archivo histórico, de 1887. El sello de Canseco está en el reloj de Santa María del Páramo de 1894, del Consistorio de Cacabelos en 1897 y de Vegas del Condado en 1899.

«Las obras de la Casa Botines se dan por concluidas el 11 de marzo de 1894, con motivo de la instalación de la maquinaria y esfera del reloj en el edificio, acometiéndose su construcción durante un periodo de veintiséis meses», asegura Jorge Martínez Montero. «La existencia de un reloj de torre en el edificio promovido en la ciudad de León por los socios Simón Fernández y Mariano Andrés, conocido como Casa Botines (4 de enero de 1892- 11 de marzo de 1894), bajo el proyecto del arquitecto Antoni Gaudí i Cornet (1852-1926), ha podido verse eclipsado por la magnificencia del continente y el revulsivo de un magno contenido para un almacén de tejidos y casa decambio».

Canseco es considerado el mayor instalador de relojes de finales del siglo XIX. La elección para el edificio Botines fue la del primer tipo de «reloj de horas y medias, cuerda diaria propio para hoteles casas de labor, fábricas, colegios etc. con su timbre de 80 kg y su esfera de 50 cm”. Un modelo del mismo reloj, con idénticos accesorios y cuerda para 8 días comprendería desde 1.300 pesetas sin campanario a 1.500 pesetas con él. Sin embargo, el importe que conllevó el encargo y ejecución de la maquinaria para los Fernández y Andrés fue de 2.300 pesetas».

Tras su traslado, con motivo de su restauración en la localidad vallisoletana de Peñafiel, se encuentra instalado en el vestíbulo de la primera planta del Museo Casa Botines Gaudí, conformando una pieza de especial relevancia en la historia viva del edificio.

En la década de los cuarenta, la Caja de Ahorros lo sustituye por uno eléctrico que permanece instalado hasta 1961 con el mantenimiento de Miguel Vidal. Después se instala el carillón con melodías populares como Botones de arriaba abajoVamos a León, niña o el himno a León revisadas por el maestro Odón Alonso. «Los vecinos que quejaban del fuerte sonido que sonaba cuatro veces a la hora». En el año 1998 se instala un carillón digital, adquirido a la Unión Relojera Suiza, que permaneció hasta 2015. «El actual, instalado en 2022, es un dispositivo electrónico para conmemorar las fechas claves del edificio».

Potencial turístico

Jorge Martínez, codirector del Congreso junto a Daniel Sanz, defendió el «atractivo turístico que puede despertar este tipo de bienes que hasta el momento permanecían en el interior de muchas torres concejiles o iglesias parroquiales y que tampoco eran objeto de interés por parte del público en general».

«Consideramos importante poner en valor este tipo de manifestaciones, no solamente por lo que ha supuesto en la historia de los pueblos, en manifestaciones de arte civil y religioso, sino porque también todo este tipo de maquinaria estaba empezando a quedar en desuso y entendíamos que necesitaban de una urgente intervención».

La intención del Congreso es que este tipo de iniciativas contribuyan a que entidades públicas y privadas «pongan en valor, restauren y pongan al servicio de los ciudadanos este tipo de manifestaciones de tipo inmaterial que son muy necesarias y que, normativamente hablando, la próxima ley de Patrimonio tendrán que recoger obligatoriamente», dijo en la inauguración del congreso en Botines.

A la inauguración asistió el campanero Jorge de Juan, de Villavante, que recordó la tradición que mantiene viva la localidad y comentó que la asociación que la sustenta trabaja ahora para preservar el registro del toque del lobo, utilizado en zonas de montaña de la provincia y de cuya existencia tuvieron conocimiento con motivo de la inclusión del toque toque manual de campanas español forma en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. 


Imágenes




 


 



 

IMPACTOS EN PRENSA



viernes, 17 de febrero de 2023

De 2020 a 2023 "Algunas cosinas" en que participo, V: Ámbito Etnomusicología. Relacionados con las campanas




¡Buscando a ... unos cuantos! Entre ellos, un servidor junto a tantos músicos y colegas. Gentileza de Jesús "el beatle" promotor y recopilador del magnífico contenido en historias, anécdotas y material fotográfico que, a un musicólogo, etnomusicólogo o investigación en general, tanto cuantitativa como cualitativamente, serían complejísimos de acopiar en estas proporciones.
Muchas gracias Jesús por el detalle. 
 https://www.facebook.com/hectorluissuarezperezleon/posts/pfbid0FQNyxetskxxdRN9sb3R2pf74n3YJ8cCmsmD5uXtXfuoGVmmM3utxrVZM1FzN8u3El




El tradicional repique de campanas abre las jornadas de patrimonio de Astorga 

La primera ponencia abordó la implicación de la provincia por preservar el toque manual


 La Biblioteca Municipal de Astorga acogió el viernes el inicio de las jornadas. DL
Repique de campanas en la Biblioteca Municipal de Astorga. Fue el sonido estrella el pasado viernes en la capital maragata, que ha estrenado las jornadas sobre patrimonio en León, organizadas por la Secretaría de Patrimonio del PSOE de León.
Paz Cabello Carro, miembro de la junta directiva de Hispania Nostra y responsable junto con los campaneros de Albaida (Valencia) de la presentación ante la Unesco de la documentación e informes para la declaración de Patrimonio Inmaterial del toque manual de campanas ha sido la encargada de inaugurar la jornada explicando todo el proceso, destacando la gran implicación de la provincia leonesa.

«Nos tuvimos que plantear un objetivo para la protección de las campanas, y lo más que podíamos pedir para alcanzar esa protección era que la Unesco reconociera este Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La gente respondió al toque, mucha gente. Para mí fue muy importante ver como vecinos de León, de Ponferrada, de Astorga y de otros puntos, querían luchar por ese reconocimiento. Impactó mucho y nos animó a seguir», ha declarado Paz Cabello Carro, que ha celebrado la participación leonesa. “Conseguimos hacer una ley de defensa del toque manual de campanas como Patrimonio Inmaterial, y rápidamente nos pusimos a trabajar, los campaneros de Albaida e Hispania Nostra, con el Ministerio de Cultura, para presentar los informes para la declaración”, ha añadido.

Esta primera cita ha contado además con Héctor Luis Suárez Pérez, profesor del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, y Jorge de Juan Fernández, de la Asociación de campaneros de Villavante, que han explicado lo que significa este reconocimiento y la importancia que tiene para recuperar y mantener los toques que existen en la provincia de León. Además, desde la asociación de campaneros han realizado una demostración con un pequeño carrillón, para animar al público e insistir en que esta bonita tradición no desaparezca.

También ha participado Fernando Muñoz, arqueólogo que estuvo trabajando en la excavación y la investigación sobre los hornos y las campanas que aparecieron en San Isidoro en León.

La siguiente jornada tendrá lugar el día 3 de febrero, cuando será el turno del belenismo, declarado como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, y del teatro religioso popular navideño, a las 19.30 horas en la Biblioteca Municipal de Astorga.



Las campanas de León suenan en gratitud a la Unesco

Pueblos leoneses se suman a la llamada por el reconocimiento de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad del toque manual 

ANA GAITERO 2 DE DICIEMBRE DE 2022, ANA GAITERO 2 DE DICIEMBRE DE 2022


Las campanas de León sonarán al mediodía para agradecer a la Unesco la reciente incorporación a la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad del toque manual español.

Pueblos como Villavante, sede de la Escuela de Campaneros y del encuentro nacional, Villabalter, que cuenta con un maestro campanero, Pedro Delgado, ya nonagenario y a punto de entregar las 'llaves' de las campanas a los jóvenes aprendices a los que ha enseñado; Santa Marina de Torre, Campo y Villafranca del Bierzo se sumarán desde los campanarios a esta llamada que convoca Hispania Nostra, Campaneros de Albaida y el MitMac (Museo Internacional del Toc Manual de Campanas) de Albaida. 

En Fresno de la Vega, pueblo que se singulariza por conservar el ritual del toque de tente nube la noche del 31 de enero al 1 de febrero, como tradición ancestral para proteger a los campos y las cosechas de la piedra, granizos y demás males, también están animados a subirse al campanario.  En la víspera de Santa Bárbara, patrona de los mineros y artilleros, pero también de las campanas, el toque manual hará una exhibición nacional de este patrimonio que conservan asociaciones culturales, pueblos y maestros como Joaquín Alonso, fundador de la Escuela de Campaneros de Villavante.   El toque manual de campanas español forma parte desde el 30 de noviembre de la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, tras la decisión adoptada por el Comité del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO reunido esta semana en Rabat (Marruecos).

Según los informes que ha manejado la institución internacional, en la actualidad perviven en España más de treinta modos diferentes de toque manual de campanas, un lenguaje sonoro que se ha mantenido a lo largo de los siglos como un medio de comunicación comunitario.  Con un amplio repertorio de formas y técnicas (repique, volteo o medio volteo), tanto en el ámbito religioso como en el civil, los toques de campana han regulado multitud de aspectos de la vida festiva, ritual, laboral y cotidiana en todo el territorio español.  "La protección de este lenguaje por la Unesco supone poner en valor y asegurar la continuidad de esta tradición común, compartida entre los diversos pueblos de España", valoró el Ministerio de Cultura. Además, "contribuye a proteger unos sistemas de comunicación, casi siempre únicos, al borde de la extinción por la falta de campaneros, figura fundamental para salvaguardar esta práctica ancestral"

La Unesco ha destacado que la práctica del toque manual de campanas "se transmite de los campaneros a las generaciones más jóvenes y a través de grupos u organizaciones de campaneros que, además de documentar e investigar la práctica, también tocan, transmiten, instruyen y difunden el arte del toque tradicional de las campanas. La mayoría de las personas que transmiten estos conocimientos son a su vez jóvenes que intentan reclutar nuevos entusiastas para continuar la práctica".  Entre los informes que ha evaluado la Unesco figuran los trabajos realizados por el musicólogo leonés Héctor Luis Suárez sobre las campanas en la provincia de León.